domingo, 4 de julio de 2021

Selección boliviana de básquetbol, un equipo integrado por obreros

 La selección nacional de básquetbol de Bolivia fue noticia en las últimas semanas en todo el país, debido a que avanzó desde la primera fase del Preclasificatorio al Mundial FIBA Filipinas-Japón-Indonesia 2023 a costa de Ecuador. Lo que muchos no saben es que esta laboriosa tarea de clasificar está en manos de un equipo de verdaderos obreros.

Al margen del sacrificio deportivo que cada uno de ellos pone en cancha, la Verde está compuesta por muchos estudiantes y profesionales, siendo solo dos de ellos basquetbolistas a tiempo completo.

En el Equipo de Todos hay  un administrador de empresas, un ingeniero aeroespacial, ingenieros civiles y comerciales, estudiantes de carreras universitarias y otros.

¿A qué se debe que los seleccionados tengan otras ocupaciones? La respuesta está en que en Bolivia aún el básquetbol es  un deporte “semiprofesional”. En la Liga Boliviana de Básquetbol (Libobásquet) todos los clubes pagan sueldo sólo a los refuerzos extranjeros y algunos pocos reconocen un emolumento a sus jugadores nacionales.

“La mayoría de los jugadores tienen una otra profesión y se dedican a otro trabajo, por lo que no se dedican al básquetbol completamente. Soñamos con una liga de 10 meses para ser profesionales en esto y sólo preocuparnos esos dos meses de receso para seguir mejorando, pero no es así y los chicos dejan de lado muchas cosas para jugar al básquetbol”, comentó Giovanny Vargas, estratega de la Verde.

En la selección nacional hay tres basquetbolistas que actúan en el exterior: Joshua Reaves (Besiktas de Turquía), Raúl Salvatierra (Zárate de Argentina) y Armando Choque (CD Estudio de Madrid). Los dos primeros son jugadores profesionales y remunerados.

Sobre Choque, el alero nacido en España y de padres bolivianos juega en una liga de ascenso de ese país, pero sus ingresos económicos los obtiene por su profesión de  ingeniero aeroespacial.

En el caso de los jugadores que actúan en el país, la gran mayoría debe solicitar un permiso especial de sus trabajos o universidades para asistir  al  llamado del DT Vargas.

Pero, más allá del gusto de poder vestir la camiseta de Bolivia, hay una conquista que estos seleccionados lograron: recibir viáticos  de 200 dólares por 14 días de concentración, monto nunca antes percibido.

Ahora, más que nunca, la realidad del  básquetbol boliviano quedó en manifiesto y en un sitial donde paulatinamente va creciendo y superando muchas barreras. Muchas de estas situaciones son producto del trabajo de los “obreros” de la Verde, que alternan entre sus oficios y representar a la selección nacional.

Un nuevo reto es el Mundial  2023, con muchos bríos y una generación dorada que abre el camino hacia una mejora y el crecimiento de este deporte en Bolivia.



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