Inició Argentina con la autoridad de un gigante frente a un rival atenazado por los nervios (7-2, 12-7), pero los hombres de Roberley Luiz Leonaldo, espoleados por una afición con mayoría de brasileños en las gradas, se fueron acercando (16-14) gracias a los puntos de Buiatti, de 2,12 metros, absolutamente dominante en la red.
La albiceleste resistió la embestida rival (24-23) mediante los bloqueos de Martín Ramos y Maximiliano Gauno, un auténtico seguro de vida para la defensa de los de Julio Velasco, y el primer set llegó tras un durísimo golpeo de Ezequiel Palacios.
Conte tiraba del carro en Argentina, que siguió desplegando un juego paciente e inteligente (10-8) frente al "Goliath" de la "verdeamarilla", un Buiatti que se hacía aún más grande con el paso de los minutos (17-22) y que lideró a Brasil para poner las tablas en el duelo. Suyos fueron 18 de los 34 puntos directos de su equipo en las primeras dos mangas.
Argentina, desconcertada, entró en una fase en la que parecía chocar constantemente frente al muro levantado por su rival, al tiempo que la confianza de Brasil aumentaba de forma exponencial con cada punto y cada grito exultante (9-16).
Así, con denodado esfuerzo y precisión milimétrico en los golpes, los de Leonaldo se colocaron con 1-2 a favor y desafiaban a los argentinos a una épica remontada, pero la impresión es que la albiceleste llegaba al cuarto set sin resuello y a merced de las diabluras de Buiaitti y Douglas Souza.
Sin embargo, Argentina engañó a todos porque su pundonor y su garra seguían pidiendo más guerra (24-23) y un titánico Conte estaba allí para ofrecerla. Un tremendo bloqueo de Luciano Zornetta igualó de nuevo la contienda y envió la final a la manga decisiva, que comenzó con 3-0.
La muralla defensiva ahora estaba plantada en el campo argentino y Brasil no encontraba cómo derribarla.
Luciano De Cecco firmó su primer punto en un momento decisivo (12-6) y un error en el saque de Brasil brindó el triunfo a una Argentina que estalló de júbilo.
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