Ha visto pasar a 11 generaciones del basquetbol cruceño; Carlos Andrés Pérez Rojas, más conocido como el "Profe Pérez" es un formador de talentos en la “escuelita” del coliseo Ingavi. Jugaba fútbol, pero la caída del avión carguero en el “Tahuichi” el '76, lo obligó a colgar las chuteras. Un día lo llamaron para arbitrar y acabó dirigiendo cinco clubes de Santa Cruz. Fue asistente técnico del cubano José Luis Moré, quien consiguió medalla de plata en los Bolivarianos del '93 con la selección boliviana. Crítico con la dirigencia, afirmó que la mayoría busca sus intereses personales y que deberían empujar todos el “carro del básquet” en favor del departamento. Pérez dijo que está para más y que quiere crear su propia escuela de baloncesto.
P. Ya tiene más de 20 años dentro del baloncesto ¿Cómo inició su trayectoria?
C.P.: Un día se me ocurrió venir al coliseo Gilberto Pareja, me gustaba mirar los encuentros de básquet, bien recuerdo que —como antes se escogía de la tribuna a los árbitros y al que quería arbitrar lo llamaban y arbitraba— Francisco Gutiérrez, presidente del colegio de réferis, me encontró y me dijo si quería arbitrar con él, no le respondí, pero venga va a aprender insistió él, me convenció, me puso el silbato en el cuello y comenzó mi experiencia en este deporte.
P. ¿Y como entrenador?
C.P.: Llegué a arbitrar 8 años y en los dos últimos, me habló un dirigente para que dirigiera un equipo de esa época, Fátima se llamaba. Acepté, un tiempo estuve haciendo las dos cosas. Después apareció Oriente Petrolero, en el cual estuve casi 10 años, desde Tercera de Ascenso nos fuimos a Primera de Honor con el equipo de damas; cuatro años estuvimos en primera y luego descendimos.
P. Entre los mejores momentos que tuvo como entrenador ¿Cuál recuerda?
C.P.: El '93 estuve con la selección boliviana en los Juegos Bolivarianos, Bolivia quedó segundo; perdimos la medalla de oro con Colombia, se hizo una buena campaña y nos dimos cuenta que este deporte tiene su público aparte, porque todas la noches era lleno el coliseo. De ahí en adelante comenzó a surgir el básquet en Santa Cruz, la Copa Bolivia se la ganaba cada año. Pero no duró mucho, volvimos a decaer, porque tuvimos la desgracia de perder buenos dirigentes, entre ellos Mario Vásquez; al morir Mario también murió La Salle, que era uno de los referentes nacionales.
P. ¿Cuáles cree que fueron los dirigentes y clubes más sobresalientes del departamento?
C.P.: Otro gran dirigente era Fernando Leite, encargado del Club Nonis, uno de los más tradicionales de acá, él falleció y Nonis desapareció, porque no hubo una persona que se haga cargo. Me acuerdo del Club Delta Finot, prácticamente atraía a la gente, porque sus jugadoras eran reinas de belleza y modelos. Otro que sacó la cara por Santa Cruz fue el club Cars, que estaba a la cabeza del finado Benancio Arce. Estas personas murieron y con ellos estos clubes. Principalmente me duele lo de Nonis, pues con tantos años de existencia “se esfumó” de la noche a la mañana como si nada.
P. ¿Cómo fue que llegó a la escuela de la Asociación?
C.P.: Recibí la invitación de la entonces presidente, Elda Hurtado de Salazar, me propuso hacerme cargo de la escuela, yo trabajaba en un colegio de convenio de la Villa Primero de Mayo, me agradó su propuesta y no la pensé dos veces e inicié el 2004, acompañado de dos profesores, pero a la larga quedé solamente yo.
P. En algún momento jugó al fútbol ¿qué pasó?
C.P.: Fue una cosa que siempre me gustó desde muchacho, estaba en el club Colón de la primera B de ascenso de la ACF, entrenábamos día por medio en las canchas alrededor del “Tahuichi” y sucedió un accidente fatal; se cayó el avión carguero en el estadio y murió mucha gente, ese día salí temprano del entrenamiento, pero seis de nosotros no pudieron escapar del accidente. Fue una desgracia muy profunda y grave, que nos costó mucho digerirla, aceptarla. Decidimos retirarnos del campeonato y de la asociación.
P. ¿Qué opinión tiene respecto a la dirigencia cruceña?
C.P.: He visto pasar muchos presidentes y casi durante todos los años hubo dos bandos, eso hace que el básquet esté dividido a nivel dirigencial. Si los dirigentes hicieran un autoanálisis y se juntaran para empujar el carro de este deporte, el baloncesto de Santa Cruz estuviera imparable en Bolivia.
P. Se viene el inicio de la Libobásquet ¿Cuáles son sus impresiones?
C.P.: Es una buena idea la realización de esta liga, eso hace que los niños y las niñas quieran imitar a los jugadores; si usted ve los partidos de la liga, a la conclusión de cada encuentro los infantes corren a sacarse fotos y a pedir autógrafos. Esto atrae a los menores e influye para que practiquen este deporte.
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