La selección de voleibol de Polonia aprovechó su condición de anfitriona para ganar su segundo título mundial, cuarenta años después del primero, tras derrotar en la final a la gran favorita, la de Brasil (1-3), que aspiraba a su cuarto cetro consecutivo.
En una final disputada en un abarrotado Spodek Arena de Katowice, tanto en las gradas como en el exterior de las instalaciones, Polonia se cobró cumplida revancha de la final de 2006, en la que cayó precisamente ante los brasileños. Y lo hizo con remontada tras ceder la primera manga. El equipo del francés Stéphane Antiga, campeón de Europa en 2009, se impuso en el partido definitivo con parciales de 25-18, 22-25, 23-25 y 22-25.
Mateusz Mika lideró el ataque de los polacos con 22 puntos.
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