Se supone que el golf sea algo divertido, una búsqueda del placer en la que disfrutas de los alrededores mientras te desafías jugando un juego que casi nunca llegas a conquistar.
El U.S. Open, más allá de su increíble contexto, es una batalla que durante varios días produce más dolores de cabeza que sonrisas. Sin embargo, ahí también reside su encanto.
Andrew Redington/Getty ImagesGraeme McDowell va en busca de su segundo U.S. Open tras imponerse en 2010.
Así lo vivió Graeme McDowell, quien se retiró del Olympic Club en el comienzo de la tarde del viernes habiendo hecho tres bogeys en los últimos cuatro hoyos y así y todo se sentía satisfecho con su trabajo. El norirlandés terminaría empatado en cuarto lugar, a 2 golpes de los punteros, Tiger Woods, Jim Furyk y David Toms.
"Disfruté el día igual que ayer", dijo McDowell. "Es difícil divertirse ahí afuera. Tengo que ser honesto con ustedes. Es una prueba brutal de golf".
Si, lo es, pero McDowell, hasta ahora, está adoptando la actitud perfecta. Habiendo ganado el U.S. Open hace dos años en Pebble Beach, donde la mejor tarjeta quedó en par de cancha, sabe que no tiene sentido tomarse las cosas muy seriamente, ni criticarse demasiado.
A medida que la segunda ronda del 112º U.S. Open se fue desarrollando, eso quedó claro otra vez. El golf es tan diferente aquí. Los mejores jugadores del mundo, quienes típicamente lucen impecables, pueden verse como tontos. Y aquellos que manejan mejor esa situación son los que suelen prosperar.
Quizás es por eso que Furyk está compartiendo lo más alto de la tabla. A los 42, han pasado nueve años desde la única victoria de Furyk en un major, el U.S. Open de 2003 disputado en Olympia Fields, donde empató entonces el récord del torneo.
Las condiciones no fueron difíciles ese año, pero Furyk ha demostrado ser un cliente difícil en este ambiente. Quedó empatado en 2006 y 2007 en los U.S. Opens disputados en Winged Foot y Oakmont, respectivamente. En ambas sedes, el total ganador fue de 5 sobre par.
Furyk terminó su ronda justo cuando Woods estaba empezando, acabando en 1 bajo par, 69, que lo dejó con 139 golpes para el torneo, en 1 bajo par. Poco después, el líder de la primera ronda Michael Thompson perdió terreno, y Furyk quedó al tope de las posiciones en un campo que lo vio ofrecer sus respetos.
"Creo que sería un campo muy divertido para jugar con los miembros", dijo Furyk. "Pero con este diseño y lo firme y rápido que está, no creo que divertido sea la primera palabra que me venga a la mente. Te consume tanto mental como físicamente. Debes estar en lo más alto de tu juego todo el tiempo".
Y sin embargo, como McDowell, Furyk parece estar haciendo un gran trabajo evitando que el campo lo moleste.
"Realmente no tienes opción", dijo. "Creo que han pasado años en los que me frustraba y me criticaba mucho y perdía la paciencia y trataba de forzar tiros y eso me hacía firmar números muy altos".
"Cuando estoy jugando bien y estoy paciendo y tengo control de la pelota, disfruto que el 70 sea una ronda realmente buena de golf. No estoy seguro si me divierte que mi cerebro sea castigado durante cuatro días, pero entiendo este estilo de golf, y cuando estoy jugando bien, creo que encaja con mi juego".
Claramente no encajó con los estilos de los dos mejores ranqueados del mundo, El Nº1 Luke Donald y el Nº 2, Rory McIlroy. Po segundo año seguido, los dos mejores ranqueados del mundo han quedado fuera del corte en un major. Sucedió el año pasado en el Abierto Británico, donde Donald y Lee Westwood fueron eliminados luego de 36 hoyos.
Aquí, Donald firmó rondas de 79 y 72 para terminar 11 sobre par. McIlroy apenas terminó con un golpe menos, fallando su cuarto corte en los últimos cinco torneos.
"Creo que no estamos acostumbrados a jugar este tipo de golf semana a semana", dijo McIlroy. "Tienes que adaptarte y ajustarte. No estamos acostumbrados a hacer aterrizar la pelota en el inicio del green para que corran. Y a veces tienes que ajustar tu juego en este torneo, y yo no pude hacerlo bien esta semana".
Furyk si pudo ajustarse bien. Aunque sólo acertó 13 de 28 fairways en dos rondas, lidera el campo en greens en regulación, con 27 de 36. El viernes firmó tres birdies y dos bogeys, y prácticamente se mantuvo lejos de los problemas.
Eso impresionó hasta a McDowell, quien jugó junto a Furyk (y Sergio García) en las primeras dos rondas y estuvo entre los pocos jugadores bajo par hasta que cayó al final. McDowell igualmente logró ensamblar una ronda de 72 para completar 36 hoyos con 141 golpes, 1 sobre par.
"Tienes que jugar el golf de Jim Furyk", dijo. "Lo vi ayer y lo vi otra vez hoy. No toma riesgos que no tiene que tomar. La pone en el fairway. La coloca bien. Toma sus oportunidades cuando llegan. Y ese es también mi tipo de golf".
"Debes tomar tus tiros, pero jugar seguro. Y creo que ese es el tipo de jugador que él es".
Furyk ha ganado 16 veces en el PGA Tour pero no triunfa desde el Tour Championship de 2010, coronando su título en la FedEx Cup ese año. El año pasado, Furyk tuvo problemas con el cambio de equipamiento que le tomó meses resolver y lo llevó a una temporada decepcionante.
Este año, Furyk ha fallado sólo un corte y suma tres Top 10, incluyendo una derrota en el playoff del Transitions Championship. El mes pasado quedó cuarto en Colonial.
"Me doy cuenta que tengo 42, la ventana de oportunidades ya no está abierta de par en par", dijo. "Tengo más buenos años atrás que adelante, pero siento que todavía tengo juego. Todavía me quedan torneos por ganar".
"Siempre dije que éramos juzgados por el número de majors que ganábamos, y sería un honor, una bendición para mí obtener otro. Y siento que en los próximos años tendré la oportunidad de hacerlo".
Parece que este fin de semana tendrá una excelente oportunidad.
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