miércoles, 23 de enero de 2013

Por nuevos palos, McIlroy se toma un mes

El Abu Dhabi Golf Club fue un hervidero de gente, pese a estar en pleno desierto del Golfo Pérsico, para seguir el 'doble' estreno del mejor jugador del planeta, de solo 23 años, el norirlandés Rory McIlroy. El acontecimiento previsto a cuatro actos solo tuvo dos, porque el chico de Belfast, relevo en Nike del ciclista Lance Armstrong, se estrelló con sus nuevos palos y en su primer torneo, el Abu Dhabi HSBC Golf Championship, perteneciente al Tour Europeo.
Rory McIlroy

McIlroy

McIlroy fue incapaz de atravesar el corte en su primer torneo de 2013, tras una de las peores actuaciones de sus dos últimos años.

"Está tomándose su tiempo. Rory tiene que trabajar con sus palos de forma gradual. Si hubiese tenido sus antiguos 14 palos (Titleist) en la bolsa, habría sucedido exactamente lo mismo", dijo Conor Ridge, el apoderado de McIlroy, para justificar el fiasco de McIlroy ante las decenas de informadores desplazados hasta Abu Dhabi.

El norirlandés abandonó prematuramente Abu Dhabi el viernes por la noche --dos días antes de lo previsto-- rumbo a Dubai. McIlroy se refugió a solo 120 kilómetros del escenario de su nefasto debut.

La intención de Rory es seguir trabajando al calor del desierto durante el mes de enero, en su adaptación al nuevo material que por contrato multimillonario --casi 200 millones de dólares-- deberá usar hasta el año 2023.

El trabajo en Dubai será intenso, porque el resbalón de McIlroy en el primer paso que dio en 2013, con ropa, palos y bola nuevos, fue tan inesperado como controvertido.

Desde que Nike rompiese en octubre pasado con el ahora confeso Armstrong, por las evidencias de haberse dopado, la multinacional viró su mercadotecnia otra vez hacia el golf.

La empresa echó sus redes poderosas sobre la cabeza rizada de un joven golfista, llamado a reemplazar al estadounidense Tiger Woods del punto más alto de la pirámide del golf y su industria millonaria.

El pasado lunes, Nike convocó a la prensa mundial en la noche del desierto de Abu Dhabi para revelar la identidad de su nuevo mascarón de proa, aunque su conocimiento era ya del dominio general.

McIlroy irrumpió entre la luz de los focos cambiado de pies a cabeza, por obra de su nuevo patrocinador. La metamorfosis incluía también a su bolsa y las herramientas.

Sin embargo, este estreno de palos fue, como el competitivo, una ruina para el mejor del mundo. Acabó con registros (6 sobre par en 36 hoyos) equiparables al más mortal de los golfistas de elite.

"Sólo he tenido problemas de adaptación con el 'driver' y con el peso del putter, por la velocidad de los greens en Abu Dhabi", reflexionó McIlroy, quien para la segunda ronda rescató a su antiguo putter de otra marca, modelo Scotty Cameron.

"No hay problema", dijeron en Nike, ante este inesperado incumplimiento del recién firmado contrato. "Rory necesita tiempo para adaptarse".

Eso hará McIlroy ahora: se tomará su tiempo. No volverá a competir sino hasta el Accenture Match Play en Arizona, Estados Unidos, del 20 al 24 de febrero.

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