jueves, 24 de mayo de 2012

Rickie Fowler y Jason Dufner

Jason Dufner y Rickie Fowler son quizás los dos jugadores más encendidos entre los que participarán esta semana en Colonial. Luego que Dufner finalmente consiguiera su primera victoria en el circuito en su 164ª aparición (en New Orleans), el domingo sumó otro triunfo el domingo en el HP Byron Nelson Championship. En cuanto a Fowler, en sus últimas tres apariciones terminó empatado en 10º lugar, consiguió su primer título en el Wells Fargo Championship en Charlotte y quedó empatado en segundo lugar en el The Players Championship. Y hay buenas chances que estos dos americanos sean compañeros en el equipo de la Ryder Cup en septiembre en Medinah


Jugando juntos esta semana en las primeras dos rondas en Colonial, podrían aprender cuán bien se combinarían sus talentos si es que el capitán de Estados Unidos, Davis Love III, decide unirlos como compañeros. La diversidad de estilos y comportamiento podrían generar una especial congruencia a su potencial sociedad de cara a la Ryder.

Sin embargo, cómo llegó cada uno de ellos a este lugar en sus carreras es tan interesante como complicado en cuanto a la química que el dúo podría obtener. Dufner es un jugador de 35 años que despegó tarde. Es un jornalero que no tuvo demasiado brillo en la Universidad de Auburn y que era poco conocido hasta su sorpresiva actuación en el PGA Championship del año pasado en Atlanta. Oriundo de Cleveland, dio vueltas entre el Nationwide y el PGA Tour antes de finalmente establecerse en el gran circo en 2009, cuando sumó seis Top 10 y ganó más de $2.1 millones de dólares.

Fowler, de 23 años, fue All-American en la Universidad de Oklahoma State, dos veces miembro del equipo de la Walker Cup e integrante del equipo de la Ryder en su año de novato en el PGA Tour. Cuando finalmente ganó en Charlotte, fue un alivio para la legión de fanáticos y para quienes habían anticipado desde el inicio de su carrera que sería un ganador constante. Mientras que el ascenso de Fowler al podio fue una carrera de 100 metros, el de Dufner fue una dura maratón. Estos dos hombres representan los polos opuestos en el desarrollo de un jugador del PGA Tour: el joven prodigio contra el jornalero floreciendo tarde.

Estrellas que tuvieron éxito desde el comienzo en sus carreras -como Arnold Palmer, Jack Nicklaus,Seve Ballesteros, Phil Mickelson y Tiger Woods- dominaron el deporte durante años. Seguro, muchos de estos prodigios decayeron hacia el final de sus 20s, pero los mejores de ellos se mantuvieron en la cresta durante mucho tiempo. Tienen un talento superior. Rory McIlroy y Fowler quieren jugar ese role en esta generación.

En la primera ronda del Colonial, Dufner jugarán con Matt Kuchar además de Fowler. Kuchar fue un prodigio, ganador del U.S. Amateur como estudiante colegial, pero luego tuvo problemas hasta que reformó su swing unos años atrás. Desde entonces, se ha convertido en uno de los jugadores más consistentes del circuito. La ex estrella de Georgia Tech, de 33 años, es un buen ejemplo de un prodigio que tuvo una fase tardía de despegue después de los 30.

Los jugadores más sazonados tienen un enfoque menos glamoroso y lineal, más humildes por las circunstancias que los golpearon. Ben Hogan ganó el primero de sus nueve majors recién a los 34. Vijay Singh consiguió 22 de sus 34 victorias en el PGA Tour después de los 40. Jugadores con despegues tardíos como el tres veces ganador de majors Larry Nelson y el 12 veces ganador en el tour Calvin Peete o arrancaron a jugar al golf hasta los 20s, pero fueron dos de los mejores jugadores estadounidenses de la década del 80. Nelson obtuvo un récord de 9-3-1 en la Ryder Cup en tres apariciones, incluyendo un 5-0 en las partidas de 1979. En los '90s, nadie personificó mejor ese rol que Tom Lehman, quien ganó un British Open y tuvo la ventaja a los 54 hoyos en tres U.S. Open consecutivos. Jamie Moyer, el lanzador zurdo de 49 años de los Rockies de Colorado, ha ganado 105 partidos desde que cumplió 40.

Según un estudio reciente sobre estudiantes que tienen problemas para leer en la escuela, son raros los casos en que alguien despega tarde. Los niños lentos para aprender generalmente nunca alcanzan a los prodigios, y aquellos que llegan a achicar la brecha necesitan de una intervención temprana. Estos niños con déficits de talento, deben convertirse en duros trabajadores.

Dufner no comenzó a jugar golf hasta los 15. Nunca fue el más talentoso en Auburn, pero ganó tres veces en su carrera colegial trabajando más duro que nadie en su equipo. Como profesional, ha mantenido los hábitos incansables de su amigo, Vijay Singh. Durante la temporada baja, se dedica a entrenar en el gimnasio y comer mejor.

Ahora espera ganar y competir en los majors. Está en el mismo barco que Fowler, pero como un experimentado veterano, Dufner no tiene la misma presión para tener éxito que el niño de California con la vestimenta llamativa. Fowler tiene el peso de ser uno de los mejores jugadores jóvenes de Estados Unidos, y se espera que ayude a frenar el desafío de los jugadores internacionales por desplazar a Estados Unidos como el centro del mundo del golf. Es una gran responsabilidad. Quizás Dufner esté en un mejor lugar, justo en el medio de la acción, pero sin la carga de las expectativas.

Llegado septiembre y la Ryder Cup, los atributos de Dufner podrían liberarlo de la ansiedad que genera representar al país. Pero antes que llegue ese día, quizás pronto se convierta en campeón de un major, si es que puede continuar achicando la brecha de talento entre él y los prodigios.

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