lunes, 2 de abril de 2018

Marisel Alanes, basquetbolista con "precisión de ingeniero"

Su sencillez y su humildad la llevaron a conquistar muchos lauros en el deporte orureño, desde muy niña se inició en los campeonatos de barrio motivada por sus padres, situación que le permitió cimentar en su vida deportiva y saborear la victoria con pasión de baloncesto.

Así es Marisel Nibia Alanes Coca, hija de la Alta Tierra de los Urus, cuyos ojos los abrió el 16 de octubre de 1990. Bachiller del Colegio San Ignacio de Loyola. Actualmente es ingeniero civil, luego de realizar sus estudios en la Facultad Nacional de Ingeniería (FNI) de la Universidad Técnica de Oruro (UTO).

Sus papás Celso y Julia inculcaron en Marisel el amor por el deporte, es así que desde muy pequeña participó en los campeonatos de barrio. Al cumplir 14 años, ella pisó por primera vez un equipo de baloncesto en el Club Ingenieros. Tuvo fortuna porque allí conoció a su primer entrenador oficial, Henry Llanos, quien vio un potencial enorme en la deportista, preparándola con mucha exigencia para que se destaque en el baloncesto local.

"Me llevó una amiga, Jessica. El primer juego fue en la categoría Juvenil y luego salté a primera. Fuera de que mi papá me enseñó a jugar, para mí el básquetbol representaba toda una pasión y si no jugaba cambiaba mi estado de ánimo, me gustaba jugar básquet porque me sentía feliz haciéndolo", aseguró.

Jugó en la posición de pívot ala y casi siempre tuvo la dorsal 12. Por su talento en el baloncesto jugó en categorías superiores a su edad, situación que le permitió mejorar su juego.

Su talento no pasó desapercibido por los seleccionadores y llegó a la selección de Oruro para participar de varios campeonatos nacionales como internacionales, uno de ellos fue en los Juegos Trasandinos. Es ahí que nace uno de los momentos más inolvidables, cuando Oruro llegó a la final y jugó contra Jujuy. La sede era en una de las ciudades de Chile y como existe ese espíritu de animadversión de los habitantes de ese país a Bolivia por el tema marítimo, no querían por nada del mundo que salgan campeonas.

"Era inolvidable porque todos los chilenos no querían que los bolivianos ganen. Fue un partido muy disputado, incluso llegando a dos alargues, fue en ese momento que toda la gente comenzó a apoyarnos y querían que ganemos, pero perdimos por un simple", afirmó.



PREPARACIÓN

Desde niña, Marisel siempre entrenó con su papá, pero lo hacían siempre a la antigua, es decir, se levantaban temprano e iban a trotar por las calles de la ciudad, principalmente en la Avenida Cívica y el Faro del Conchupata, entrenamiento que también lo aplica en la actualidad, no le gusta el gimnasio. Ese tipo de entrenamiento la ayudó mucho en la parte física, mientras que en su club hacía énfasis en la parte técnica y táctica.

En el 2007 fue partícipe de la selección de Oruro y viajó con el equipo a Sucre, en esa oportunidad se hizo cargo del plantel Willman Flores, entrenador de Alemán, después del campeonato invitó a Marisel a ser parte del equipo y desde entonces es integrante del club que en la actualidad participa en la Liga Boliviana del Basquetbol.

"Estoy en Alemán desde el 2008, me gusta este club, es una experiencia bonita porque nos tratamos como una familia. Desde hace varios años somos las mismas jugadoras, ya nos entendemos, estamos bien habituadas y nos conocemos cuando estamos bien o mal", señaló.

En el 2010, Marisel fue nominada como la mejor basquetbolista del año. Fue una gran motivación para seguir adelante, era adquirir un compromiso para continuar demostrando el título que le dieron.

Su talento continúa siendo explotado y no descarta de llegar muy pronto a la selección boliviana, para ello trabaja incansablemente. Una vez en la universidad también se dio de íntegra en la selección de la Facultad Nacional de Ingeniería, donde participó en varios campeonatos y logró el título de campeona.

El corazón de Marisel está en Alemán y si piensa cambiar de equipo lo hará cuando se vaya de refuerzo al interior o ser parte de un equipo del exterior del país.

Todo su desempeño deportivo tiene el agradecimiento en Dios, así como en sus padres y sus entrenadores, quienes hicieron de ella en una gran deportista.

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