lunes, 26 de marzo de 2018

Martín Riveros Oré un voleibolista de lujo

Oruro definitivamente tiene deportistas destacados, muchos de ellos siguieron un sueño para triunfar, según cómo se lo planteó el destino. A su manera conquistaron lauros y dejaron huella en los equipos que militaron. Uno de esos ejemplos es Martín Gonzalo Riveros Oré un orureño nacido el 17 de marzo de 1974, considerado como un jugador de lujo por su forma de juego en la cancha y su capacidad de ser líder dentro y fuera de ella.

Salió bachiller del colegio Reekie, donde dio sus primeros pasos en el voleibol y descubrió que era el deporte de su pasión.

"Me gustó este deporte, porque es limpio, se juega en equipo y la convivencia es grupal donde todos vamos con un solo objetivo. El voleibol es una forma de vida, he tenido muy buenos entrenadores como Néstor Molina, quien no solo nos preparó para jugar, sino nos preparó mental y espiritualmente. Fue una motivación excepcional", afirmó.

Posteriormente, se formó profesionalmente en la Carrera de Sistemas de la Facultad Nacional de Ingeniería (FNI) de la Universidad Técnica de Oruro (UTO).

Durante su carrera universitaria siguió avanzando en el deporte de su preferencia y por sí solo comenzó a escribir páginas de gloria.

Debutó en el Club Ingenieros, debido a su destacado juego, estuvo desde un inicio en el equipo titular. Inmediatamente fue convocado a la selección de Oruro en la categoría Juvenil, para participar en el nacional en Santa Cruz. También fue parte de la selección en la categoría Sub-24.

El vestir la casaca de Ingenieros fue un sueño, pero al mismo tiempo le permitió mejorar, prepararse, entrenar y asumir una serie de sacrificios como las salidas con amigos, fiestas y diversiones.

Martín por lo general siempre jugó de izquierdo con la casaca Nº 5. Después de Ingenieros, jugó en CRX y lo hizo de central debido a las necesidades que se planteaban en el equipo.

El deportista orureño afirmó que el pisar el campo de juego es como entrar a otra dimensión, a otro mundo. La concentración es al máximo, donde solo el voleibol está en la mente.

En 1997 fue uno de los momentos más inolvidables que vivió en este deporte, militaba en el Club Ingenieros y en el equipo no había estrellas. Su equipo hizo un trabajo serio para lograr el campeonato.

Por otro lado, su amigo Dereck Ramírez se convirtió en un motivador para Martín porque juntos entrenaban intensamente para superarse. Su amor por el voleibol es tan grande que pese a estar lesionado de las rodillas, continúa asumiendo con responsabilidad cada juego.

Martín Riveros también participó en el Club Sedcam, le encantaba asumir retos y levantar de las cenizas a equipos que por distintos factores no podían soñar en un campeonato.

"Sedcam era un equipo que no estaba alto en la tabla de posiciones. Me invitaron a jugar y tras sacrificados entrenamientos logramos clasificar ese año a cuartos de final en el campeonato local, pero debido a los problemas en la asociación y la falta de capacidad de los dirigentes de resolverlo el campeonato quedó desierto", indicó.

El sueño de todos los deportistas es salir campeón nacional, Martín no pudo cumplir con aquel objetivo, sin embargo, su club Ingenieros lo hizo unos años después que el dejó el equipo.

"Prácticamente he cumplido todos mis objetivos, el de llegar a una selección, el jugar campeonatos nacionales, el de medirme con jugadores muy buenos y tuve la oportunidad de participar en los juegos nacionales de la Sociedad de Ingenieros de Bolivia, donde hubo buen nivel y me medí de tú a tú con jugadores de la Selección Nacional", recordó.

Martín tiene en mente seguir jugando aún el voleibol, quizá ya no de manera competitiva como lo hizo anteriormente, pero sí se da la oportunidad de una categoría Maxi, él volverá. Pero por ahora, este deporte lo sigue practicando en otras esferas, con campeonatos que organiza Adepro.

Le gustaría dedicarse a la dirección técnica, pero, lamentablemente el tiempo se ha convertido en su verdugo. Pese a esa situación siempre se encarga de aconsejar a las nuevas generaciones de deportistas a quienes siempre les pide que jueguen cualquier disciplina con pasión y sacrificio.

"Si uno toma esto como una forma de vida, la recompensa no solo será en este deporte, sino en el mismo diario vivir", afirmó.

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