La selección nacional de básquetbol emocionó ayer a la afición deportiva de Quillacollo, con un partido de exhibición. Éste alegró a 1.200 espectadores y sirvió de despedida de la delegación boliviana que hoy viajará a Chile, para participar en la segunda fase del Preclasificatorio al Mundial FIBA Filipinas-Japón-Indonesia 2023, que será del 13 al 15 de julio.
El resultado fue bastante estrecho para las dos formaciones que propuso el entrenador Giovanny Vargas. El técnico probó a dos posibles quintentos iniciales y sus variantes para jugar ante Chile, Paraguay y Nicaragua.
El partido, que se jugó en la modalidad oficial de cuatro cuartos de 10 minutos cada uno, finalizó 96-92 a favor de Bolivia 2 sobre Bolivia 1.
El equipo Bolivia 2, que vistió de verde, arrancó con Pedro Gutiérrez, Armando Choque, Joshua Reaves, Oliver Harry y Cristhian Camargo. Alternó Luis Salinas.
Mientras, Bolivia 1 partió con Ronald Arze, René Calvo, Diego Olguín, Áxel Veizaga y Luis Mercado. Alternó Paolo Ramos.
Al borde del campo de juego hizo una labor diferenciada el jugador Martín Ochoa, por ahora contemplado en la delegación.
El duelo fue bastante movido, aunque también los jugadores se mostraron a momentos cautelosos, evitaron roce y el desgaste físico.
El primer set fue para Bolivia 2 por un estrecho 24-20, con un Reaves que se llevó los aplausos de la afición.
En el segundo set, Bolivia 2 sacó mayor ventaja gracias a los lanzamientos triples, a la destreza de Oliver Harri y el entendimiento de Reaves con Cristhian Camargo. La diferencia fue de 52-44.
En el entretiempo, el alcalde Quillacollo, Héctor Cartagena, entrego buzos a los seleccionados.
Al tercer cuarto los jugadores salieron vistiendo la chamarra con los colores deportivos de Quillacollo. En este episodio, Bolivia 1 sacó a relucir el espíritu combativo, con un Ronald Arze inspirado y Luis Mercado preciso.
El público se emocionó con un 66-66 que dejó abierta la definición para el último cuarto.
El show de Reaves, la tenacidad de Choque y la aparición de Salinas fueron vitales para desempatar un marcador estrecho y que se mantuvo bastante parejo.
Al final, el equipo verde (Bolivia 2) venció 96-92.
La disputa del compromiso emocionó a una ciudad amante del básquetbol como es Quillacollo, que vibró con la actuación de los seleccionados nacionales.
Algunos hinchas se asomaron a las barandas de las graderías para pedir que los jugadores firmen un balón o una camiseta, pero por protocolos de bioseguridad los basquetbolistas no tuvieron contacto alguno con los espectadores.
Quedó cierta desilusión en algunos hinchas, pero entendieron que hay un protocolo que no se puede romper.
Al salir, los aficionados no dejaban de hablar de las jugadas que exhibieron los jugadores del Equipo de Todos, que hoy (8:00) viaja a Santa Cruz, ciudad de la cual a las 15:00 irán a Santiago.
Público se aplaza con las medidas
La alegría del básquetbol volvió y el público respondió al llamado de este partido de exhibición que recaudó el monto necesario para cubrir el pasaje del fisioterapeuta César Mansilla. Si bien la afición participó de la fiesta, una gran mayoría no respetó las normas de bioseguridad.
Desde el ingreso al recinto, no se respetó el distanciamiento social. Hubo empujones, gritos y aglomeraciones en las filas y los revendedores hicieron su “agosto” en julio.
Una vez dentro del Polideportivo, se designó la franja amarilla (gradas pintadas de ese color) para los 1.200 espectadores.
Estos no guardaron distanciamiento y entre peleas y forcejeos con policías y efectivos de la Intendencia de Quillacollo, algunos decidieron desobedecer para estar lo más cerca posible de la cancha.
Otros asistentes sí respetaron y decidieron quedarse en la franja amarilla, cumpliendo la norma.
Algunos optaron por bajarse el barbijo para “tomar aire”.
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