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lunes, 6 de octubre de 2014
Marilyn Triantáfilo lleva el voleibol en la sangre
Marilyn Triantáfilo fue destacada exponente del voleibol nacional en los años 70 y 80, época considerada como la mejor de esta disciplina, pues Bolivia se encontraba en un sitial privilegiado no solo en el contexto sudamericano, sino también a nivel mundial.
Todavía son recordadas sus actuaciones en el club San Martín, de su natal Cochabamba, nombre dado a la entidad porque era la avenida valluna en donde vivía junto con su familia. Y es que además integraron esa formación sus dos hermanas, Judy y Jenny.
Fue parte de la selección nacional que logró la medalla de bronce en la octava edición de los Juegos Deportivos Bolivarianos que se realizaron en La Paz, en 1977; pero su mayor éxito lo obtuvo al año siguiente (1978) al conquistar la presea de oro en la primera edición de los Juegos Odesur, que también se llevaron a cabo en La Paz. Su currículum además tiene varias participaciones en competencias sudamericanas de clubes y mundiales juveniles.
Hace poco estuvo de vuelta en La Paz, vino como entrenadora del equipo masculino de San Martín que se coronó campeón de la Liga Superior de Voleibol. Fue su primera incursión en la dirección técnica, además con varones, y le fue bien, pues obtuvo la corona invicta.
“No hice ningún curso para la dirección técnica porque nunca pasó por mi mente seguir esta carrera, pero casualmente se nos dio la oportunidad y me fue bien; luego analizaremos si continúo. Tengo que estudiar bien los pros y los contras de esta actividad”, sostiene Triantáfilo.
El éxito del club valluno en el certamen significa la clasificación para el Campeonato Sudamericano programado para febrero del próximo año en Argentina. “Hay que empezar a planificar, tenemos un tiempo prudencial pero veremos qué pasa”, agrega.
En su equipo se mantiene la tradición familiar porque ahora son sus hijos los que juegan, ésa fue otra de las razones por las que se animó a ponerse el buzo de entrenadora.
“Están mi sobrino Edson Pérez, mis hijos Rodrigo y Diego Herbas Triantáfilo y también incursionó el mayor Cristian, que antes se dedicó al fútbol. Como es un equipo casi familiar fue fácil adaptarme y empezamos a entrenar. Los chicos son respetuosos, obedecieron las instrucciones y llegó el éxito”.
Nacida en Cochabamba el 21 de enero de 1961, recuerda su paso por los terrenos de juego. Sin dudar señala que todo tiempo pasado fue mejor. Hoy el deporte está estancando.Una enfermedad provocó su retiro de la actividad deportivaUna enfermedad autoinmune que le apareció en 2009 provocó su retiro de las canchas. En ese tiempo ya jugaba en la categoría master del voleibol en su tierra Cochabamba.
“Era algo delicado, estuve inválida durante ocho meses, pero gracias a Dios y con un tratamiento médico salí adelante”.
Cuenta que buscó atención de especialistas en el exterior para curarse y ahora está mejor.
“Milagrosamente estoy nuevamente caminando, aunque quedó alguna secuela”.
Su pasión por el voleibol hizo que una vez que sus piernas recuperaron la capacidad de movimiento vuelva a los escenarios, sin embargo solo como espectadora, para distraerse y ello también ayudó para asumir la dirección técnica del plantel.
“Asistía a ver los partidos de San Martín en el torneo de la Asociación de Cochabamba, iba por ver a mis hijos y mis sobrinos. Como en un tiempo no había entrenadores me invitaron y me dijeron que si podía dirigirlos y empezamos a trabajar”.
Su primer título nacional no la marea, pues la experiencia que cosechó en tantos años de intensa actividad hace que tenga los pies sobre la tierra.
“Debemos ser conscientes de que hay que trabajar mucho más para buscar representar de una mejor forma al país en el contexto internacional” .
También incursionó en el voley de playa
Su capacidad técnica, todas sus cualidades, le sirvieron también para incursionar en el voleibol de playa cuando esta modalidad ingresó al país.
Le fue bien, integró equipos de Cochabamba que dominaron la disciplina en los primeros años de la década de 2000. También formó parte de equipos nacionales. Ganó un torneo internacional en Perú y con su equipo se resignó a quedar segunda en el Sudamericano realizado en 2001 en La Paz.
Confía en que más temprano que tarde el voleibol nacional volverá a los sitiales de antes. Pide a las autoridades mayor colaboración, como la que había en su tiempo de jugadora.
“Cuando jugaba, las diferencias a nivel internacional eran mínimas, en Sudamérica les hacíamos frente a otros países, hoy en día es difícil hacerle diez puntos a Brasil o Argentina. Considero que la distancia en cuanto a técnica es mucho más grande ahora”.
Cree que la solución está en que lleguen al país entrenadores extranjeros para levantar el nivel.
“En mi época llegaron de China, de Polonia, y dejaron mucha enseñanza, ahora no hay capacitación, es muy triste”.
El Ministerio de Deportes debería ser el nuevo canal por el cual el deporte pida más atención de parte del Gobierno para que Bolivia “asista a torneos internacionales a competir con posibilidades, no solo a participar”.
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