Las selecciones de España y República Checa se juegan hoy, en el último partido de la primera fase del Grupo A, un pase directo a los cuartos de final que conlleva dos días de descanso, lo que hace que el enfrentamiento se convierta en, prácticamente, una final anticipada.
El perdedor deberá jugar, mañana, unos octavos de final inciertos, posiblemente ante Francia o Canadá, lo que hace todavía más atractiva la victoria.
Las checas, uno de los equipos más altos del campeonato, vencieron al igual que la selección española a Japón y Brasil, aunque por menos margen de puntos. Y España derrotó a las checas en cuartos de final del Europeo del año pasado. Pero ni las checas ni las españolas tienen el mismo equipo.
Ahora es un partido diferente, con dos tipos de baloncesto distintos, en el que las centroeuropeas priman su supremacía física y la altura y en el que las españolas esperan imponer la defensa, la creatividad y la velocidad de sus acciones.
Lucas Mondelo, seleccionador español, fue claro y muy expresivo en sus declaraciones: "Es un día para morirse en la pista. Ese es el espíritu y esa es la forma de pensar de un equipo español que ha ido creciendo en los dos partidos que ya ha disputado y que ha ido conjuntando una defensa que debe ser una de sus principales armas para contrarrestar el poderío de las checas.
No hay futuro. No existe más allá y, por lo tanto, tenemos que morir en la pista. Una vez ganado el partido tendremos dos días de descanso. Si alguna se tiene que morir, ya la resucitaremos. Todas las jugadoras están concienciadas", dijo.
Laura Nicholls, Sancho Lyttle y Laura Gil correrán con el mayor peso atrás, a la hora de correr Anna Cruz será la gran protagonista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario