Tiger Woods saludó a dos oficiales antes de pisar el último green del Congresional, el campo de la Casa Blanca. Woods, el jugador que quería ser militar, según reveló Hank Haney en su libro, cosechó su tercera victoria de la temporada en el AT&T National para volver a liderar una estadística que hacia casi un lustro en la que no mandaba: ya es el golfista con más victorias en el PGA Tour del curso.
Además, rompió un empate cargado de simbolismo, el que le igualaba a Nicklaus a 73 victorias del Circuito Americano. Tiger ya tiene 74 y la siguiente estación es Sam Snead, cuya leyenda se amplió hasta los 82.
La jornada definitiva fue intensa para Woods, que aunque no se vio intimidado por Brendan de Jonge, el zimbabuo que había alcanzado la última jornada como líder, sí vio seria oposición en Bo Van Pelt, el amigo del malagueño Pablo Martín.
Van Pelt sostuvo un marcaje verdero a la megaestrella hasta el penúltimo hoyo, donde cosechó el segundo bogey consecutivo -en el 16, un par 5, Tiger también había hecho bogey-, que le dejó sin armas frente a Tiger, al que ya sólo le quedó acreditar en un grande su vuelta al estrellato.
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