Tiger Woods desea poner fin a cuatro años de sequía en el Open Británico, que se celebrará desde hoy al domingo en Inglaterra, donde los locales Lee Westwood y Luke Donald se presentan como favoritos.
Un campo muy duro. El estadounidense, cuyo 14º y último título en un grande se remonta al Open de Estados Unidos de 2008, deberá aclimatarse a las condiciones meteorológicas, que se anuncian particularmente difíciles en el Royal Lytham and St Annes, cerca de Blackpool (noroeste).
No solo el recorrido, un par 70, es difícil, con al menos 206 búnkers (trampas de arena), a menudo muy profundos, sino que las calles y los roughs deberían estar muy húmedos, incluso encharcados, como consecuencia de la lluvia que ha caído en el Reino Unido en las últimas semanas.
Woods pueda inspirarse, quizá, en el hecho de que dos compatriotas suyos se hayan impuesto en las dos últimas ediciones del Open Británico disputados en este campo de Lytham: Tom Lehman en 1996 y David Duval en 2001.
El campeón estadounidense, de 36 años, está viviendo una temporada de altibajos.
Esforzándose por afinar su cambio de golpeo de la bola (el swing), obligado por las lesiones en la rodilla que le han forzado a pasar cuatro veces por el quirófano, Woods ha vencido en dos torneos del circuito estadounidense, pero no logró superar el corte en otros dos.
El rival a vencer. Muy cerca de vencer en el abierto británico se han quedado siempre, los ingleses Luke Donald, actual Nº 1 de la PGA y Westwood, pero el título no llega y eso genera "ansiedad", según admitió Donald.
"La presión es mayor y eso hace que uno lo desee aún más. Se trata de no elevar demasiado las expectativas", pidió calma Donald. La dureza del campo de Lytham hará necesaria una buena salida desde el tee, algo en lo que tanto Donald y Woods se destacan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario