A Tiger Woods se le hizo de noche de repente. Inexplicablemente. El jugador que dominaba el Open de Australia después de las dos primeras jornadas, el que parecía estar cerca de romper una sequía de dos años sin ganar un título, se esfumó en un visto y no visto. Fue nada más comenzar el tercer día en el campo de Sidney. Tres primeros hoyos, tres pares cuatro, y tres bogeys. Una pesadísima mochila que ya no pudo levantar. Toda la resistencia psicológica de Woods se vino abajo, síntoma de que todavía no ha recuperado su mejor nivel. El Tigre acabó la jornada octavo, a seis golpes del líder, John Senden, y con un último día muy cuesta arriba por delante para recuperar viejos laurales.
"Fue una salida horrible. La ronda debía haber sido un fácil 71, sin problemas... Jugué mal los pares cinco, y fallé con los putts. No me salió nada. Todo puede pasar en los últimos nueve hoyos, pero necesito volver a jugar bien. Si puedo conseguir marcadores bajos, estaré ahí", intentó animarse Woods, decepcionado por una tarjeta con cinco bogeys. Por delante tiene al australiano Senden, líder con un golpe de ventaja (un eagle en el sexto hoyo y sietebirdies) sobre su compatriota Jason Day, número uno del golf australiano y siete del mundo, que celebró su 24º cumpleaños con una tarjeta de 68 golpes.
Oscurecido Woods en Australia, quien vio la luz, en el Abierto de Singapur, fue el español Gonzalo Fernández Castaño, maravilloso en la segunda jornada (la competición va con retraso por culpa de una tormenta troplical y se reducirá a tres jornadas, 54 hoyos) con 10 golpes bajo par: nueve birdies, un eagle y un bogey. Castaño tiene ahora tres golpes de ventaja sobre el italiano Edoardo Molinari y el inglés James Morrison. Y roza el título en el torneo con más premios económicos de Asia, válido para el circuito europeo y para el asiático.
Para el madrileño es una vuelta a la vida. A los 31 años, lleva tres temporadas sin conquistar ningún título, desde el British Masters de 2008 (suma en total cuatro campeonatos en el circuito europeo, uno por año desde 2005 hasta ese 2008). Y en este curso una lesión de espalda le apartó de la competición durante meses y le hizo descender hasta el puesto 194 del mundo. Gonzalo dio síntomas de recuperación el Masters de Madrid, en el que fue segundo, y definitivamente parece haber visto la luz en Singapur. "Para ser honesto, no estaba seguro de si iba a ser capaz de jugar así otra vez. Después de pasar seis meses fuera, estoy muy orgulloso del modo en que he vuelto. Es una lástima que el torneo se haya reducido a 54 hoyos, aunque sea bueno para mí al liderar el torneo después de 36", dijo el madrileño. "Pero una ventaja de tres golpes no es suficiente. Y ahora va a tener toda la presión sobre él", advirtió Molinari.
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